viernes, 17 de abril de 2009

Caminos Abiertos: Experiencia pedagógica de resistencia y esperanza

Armando Meixueiro Hernández*

“El hombre es hombre gracias al lenguaje, gracias a la metáfora original que lo hizo ser otro y lo separó del mundo natural. El hombre es un ser que se ha creado a sí mismo al crear el lenguaje. Por la palabra, el hombre es una metáfora de sí mismo.”
Octavio Paz. El arco y la lira.

Uno de los cambios fundamentales en la historia de la humanidad lo constituyó la invención de la escritura. Los primeros vestigios fueron ubicados en la región de la antigua Sumeria alrededor del 3000 a.C. y los rastros de los primeros alfabetos hacia el 2000 a. C. en Egipto y Fenicia. Esta invención no sólo permitió que el hombre revolucionara sus formas de transmitir conocimientos, también provocó formidables evoluciones en el pensamiento humano. Mas tarde, con la invención de la imprenta, el libro, como emblema de la lectura y la escritura, inició un proceso de masificación y socialización extraordinario. (Simone, 2000)

A partir de entonces, en los libros se concentró de forma predominante todo el saber humano: las experiencias, la creación, la imaginación, las emociones, los conocimientos objetivos, la historia personal y colectiva, etc., etc.

Hoy, los medios para transmitir ese saber humano se han multiplicado gracias al desarrollo tecnológico. Sin embargo, la escritura aún representa una forma dominante y accesible para expresar las diferentes aristas de la existencia humana…

Así, el hecho de que la Revista Caminos Abiertos cumpla dieciocho años representa un granito de arena, un pequeño y sencillo granito en el sorprendente desarrollo del ser humano. La Revista Caminos Abiertos encarna, en 175 ediciones, una parte de la historia de la Universidad Pedagógica Nacional: Documenta las preocupaciones, los enfoques teóricos y educativos, las imprecaciones, la interpretación del mundo y de la vida que durante dieciocho años ha tenido una pequeña comunidad universitaria compuesta por docentes y alumnos. Y es que escribir significa trascender la oralidad, tan estimada por los docentes y educadores. Escribir implica acotar nuestros pensamientos para compartirlos y dejar que reposen en el archivo de nuestra historia, de nuestra vida. De ese modo, Caminos Abiertos es una experiencia pedagógica labrada en páginas que testimonian esa existencia. La revista Caminos Abiertos ha representado así las voces de docentes y alumnos esculpidas en hojas de papel, y desde hace tres años en el ciberespacio.

En este proyecto editorial han participado tres directores: el entusiasta fundador Profr. y Lic. José Guadalupe Rincón Andrade (1991-98), el Lic. Leonardo Ceja Ávalos (1999-2005) y la Mtra. Juana J. Ruiz Cruz (2006 a la fecha) quién se ha esmerado en mantener viva la experiencia educativa.

En el andar de la Revista también han contribuido seis responsables editoriales y han colaborado más de mil autores, compartiendo con sinceridad y agudeza sus reflexiones educativas.

Debo reconocer que el primer acercamiento que tuve con la Universidad Pedagógica Nacional estuvo determinado por la Revista Caminos Abiertos. Realizaba mis “primeros pininos” de docencia en la preparatoria de la Universidad La Salle cuando la fortuna hizo que tropezara con un extraordinario maestro de sociología. ¡Qué mejor carta de presentación que la que los alumnos prodigaban por los pasillos y en las conversaciones extraclase! “Tenemos un profe bien chingón de sociología.” “El Tona da unas clases muy fregonas y nos hace pensar.” Escuchaba hablar mucho de “El Tona” hasta que un día, concluyendo una clase, se me acercó un profesor de menuda estatura y, contento, me preguntó:

-¿Tú eres el profesor de psicología? ¿Tú les dejaste leer Las batallas en el desierto y escribiste esto? -Mostraba en su mano derecha unas fotocopias de un artículo titulado “Las mayorías silenciosas en la institución escolar”

-Sí, ¿por qué?

-Porque trabajo en la Universidad Pedagógica y tenemos una Revista en la que nos gustaría publicar artículos como estos…

A partir de ese momento inició mi relación con la Revista Caminos Abiertos, con la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) y, sobre todo, comenzó la estupenda amistad con Tona. Caminos Abiertos representó un espacio en el que se podían verbalizar y objetivar todas aquellas reflexiones e inquietudes que tenía un joven docente inexperto. El primer artículo que me publicaron data de mayo de 1993 y se tituló “La seducción del conocimiento educativo.”

Colaboré de manera asidua en Caminos Abiertos y poco tiempo después, a mediados de 1994, Tona y el Mtro. Rincón me invitaron y me orientaron para concursar por una plaza en la UPN.

Ya como parte de la planta docente estuve muy cercano al trabajo editorial de la Revista por lo que fuí integrado al Consejo Editorial en 1997, año en el que también se designó como responsable de Caminos Abiertos a la Mtra. Juanita Ruiz Cruz, quien con gran entusiasmo coordinaba el proyecto editorial. Nueve años mas tarde, en el 2006, recaería en un servidor dicho encargo.

Si bien es cierto que el apoyo de los directores ha sido fundamental para la permanencia de este espacio universitario, también es cierto que se ha logrado gracias a la persistencia, formalidad, compromiso y creatividad de sus coordinadores. Va un agradecimiento especial a cada uno de ellos: Hugo Alavez Hernández, Mireya García Hernández, Juanita Ruiz Cruz, Raúl Luján Parra y Manuel Quiles Cruz.

La historia de Caminos Abiertos es la narración de cuando la unidad UPN095 D.F. Azcapotzalco aprendió a expresarse en forma escrita. Y este relato trata de una historia sobre resistencia y esperanza. Ya lo hemos enunciado en otros espacios y en casi todos los lugares en que se deja escuchar esa voz: La Revista Caminos Abiertos, como casi todos los proyectos de la UPN unidad 095 Azcapotzalco, son ejemplo de resitencia y esperanza.

La resistencia y la esperanza se destacan en un libro de Paulo Freire, Pedagogía de la autonomía (1997) en donde la reflexión sobre el ser docente es el tema central. La Revista Caminos Abiertos siempre se ha distinguido por una vocación pedagógica muy orientada a la docencia, por lo que ha deliberado continuamente alrededor de lo que implica la enseñanza y el aprendizaje.

Enseñar, para Freire, implica variadas distinciones: Primero defiende la idea de que no hay docencia sin discencia, es decir, que todo educador es al mismo tiempo educando y que, por tanto, en el proceso enseñanza-aprendizaje el docente y el alumno se miran como sujetos que descubren juntos el mundo y su situación específica en él. Enseñar exige entonces, y entre otras cosas, el reconocimiento y la asunción de la identidad cultural, condición que significa asumirse “como ser social e histórico, como ser pensante, comunicante, transformador, creador, realizador de sueños, capaz de sentir rabia porque es capaz de amar. Asumirse como sujeto porque es capaz de reconocerse como objeto.” (Freire, 1997: 14) En la segunda parte del libro se expone una reflexión titulada “Enseñar no es transferir conocimiento” en donde Paulo Freire enfatiza el sentido de resistencia y esperanza en el educador. Enseñar, afirma el pedagogo brasileño, exige la conciencia del inacabamiento, el reconocimiento de ser condicionado y la posibilidad de aprehender la realidad.

Me gusta ser hombre, ser persona, porque sé que mi paso por el mundo no es algo predeterminado, preestablecido. Que mi "destino" no es un dato sino algo que necesita ser hecho y de cuya responsabilidad no puedo escapar. Me gusta ser persona porque la Historia en que me hago con los otros y de cuya hechura participo es un tiempo de posibilidades y no de determinismo. Eso explica que insista tanto en la problematización del futuro y que rechace su inexorabilidad.” (Freire, 1997: 17 y 18)

De este modo es que en Caminos Abiertos hemos entendiendo la idea de resistencia y esperanza: A partir de que somos seres condicionados (biológica, psicológica y socialmente) e inacabados nos aventuramos en la aprehensión y comprensión de nuestro entorno, denunciando el camino que hemos seguido, pero con la posibilidad de dirigir nuestros pasos por nuevos senderos.

La resistencia se funda en la conciencia de que el hombre, aunque condicionado, deviene proyecto de ser y existir de manera distinta a sus programas genéticos, instintos, estados de ánimo, determinantes cognitivas, limitaciones sociales y restricciones culturales. La resistencia se constituye en la asunción del hombre como libertad situante, conciencia capaz de elegir en el marco de innumerables situaciones. Y esta conciencia de sí mismo y de existir con los otros lo impulsa a la esperanza, que “es un condimento indispensable de la experiencia histórica. Sin ella no habría Historia, sino puro determinismo. Sólo hay Historia donde hay tiempo problematizado y no pre-dado.” (Freire, 1997: 23)

La Revista Caminos Abiertos ha sido y continúa siendo una experiencia pedagógica en la que hemos aprendido que somos sujetos históricos y sociales, condicionados por múltiples factores, sí, pero que sabemos y tenemos plena conciencia de esas determinaciones, y de que podemos, además, trascenderlas. Somos sujetos con una gran libertad situante. Somos humanos problematizados y problematizadores. Somos Resistencia y Esperanza.

Referencias
Freire, Paulo. (1997) Pedagogía de la autonomía. México, Siglo XXI editores.
Simone, Raffaele. (2000). La tercera fase. Ed. Taurus


* Profesor de la UPN095 D.F. Azcapotzalco.

4 comentarios:

Ana Luisa desde Tabasco dijo...

Un abrazo gracias por el envío de la revista y felicidades por la continuación de este proyecto.

Pablo Fernández Juárez dijo...

Estimado Armando:

Felicidades!!!

Es un gesto de constancia y profesionalismo

Larga vida y salud a Caminos Abiertos, revista que cumple con su título

Sinceramente

Anónimo dijo...

MI QUERIDO PROFESOR DE 6TO DE PRIMARIA EN 1988 LEONARDO CEJA AVALOS, CON GRANDES RECUERDOS DE SUS BUENOS CASTIGOS A TODO EL GRUPO
POSICION DE LAGARTIJAS CON PUÑO CERRADO
PARA QUE APRENDIERAMOS A RESPETAR A LAS MUJERES
FELICIDADES PROFESOR
ATTE GUILLERMO RUBIO (((ALIAS PIPO))

Anónimo dijo...

perdón 1979 ¡¡¡ en la escula manuel Quiroz martinez

saludos profesor

Guillermo rubio ((pipo)))