jueves, 8 de enero de 2009

Percepción de los problemas ambientales de México a través de la mirada de estudiantes universitarios de licenciatura

José David Lara González*
Departamento Universitario para el Desarrollo Sustentable
Instituto de Ciencias
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. México


Resumen
México enfrenta una problemática ambiental compleja y difícil. Los problemas ambientales del país se han ampliado y aumentado sus niveles de impactación. Se han dado esfuerzos gubernamentales y sociales para atacar estos problemas pero por múltiples factores no han resultado en soluciones satisfactorias.
Para alcanzar soluciones de fondo a los problemas ambientales habría antes que identificarlos, entenderlos, comprenderlos, jerarquizarlos y priorizarlos adecuadamente. Para optimizar los intentos y soluciones aplicados a los problemas del medio, es necesario replantearse cuáles son los más importantes para el país, puesto que mientras no se dé un conocimiento profundo de los mismos, las soluciones seguirán siendo paliativas.
La educación en general y la universitaria en particular tienen un papel relevante dentro del sistema: reconocimiento de problemas ambientales-soluciones a los mismos, dado que los universitarios de hoy son o serán los actores del mañana y, a través de su formación profesional así como de sus conocimientos, actitudes, creencias, deseos, capacidades y habilidades adquiridos en la escuela y en su experiencia de vida enfrentarán los retos para un ambiente mejor, digno y sustentable.
Para reconocer el manejo actual que estudiantes de licenciatura universitaria tienen de los problemas ambientales del país, se corrió un sondeo exploratorio en carreras profesionales directamente estructuradas sobre la problemática ambiental, en carreras ligadas a la “naturaleza” y en carreras “aparentemente” menos vinculadas a la misma problemática. Los resultados encontrados no reportan una situación muy propicia para que el alumnado referente participe más atinadamente en los procesos para atender los problemas nacionales del ambiente.

INTRODUCCIÓN
La educación universitaria de nivel licenciatura en nuestro medio viene siendo la educación formal terminal en numerosos casos. En general de ella egresan los universitarios para instalarse en el mundo laboral y social. Por lo tanto, los conocimientos, actitudes y capacidades con los que egresan son sumamente importantes para su incorporación satisfactoria y para la realización de los necesarios intercambios con el medio.
Por otra parte, la problemática ambiental de por sí es complicada y compleja y nos incluye y afecta a todos sin excepción. La búsqueda de soluciones a tal problemática es sin duda una tarea para todos y generalizada a todos los niveles existenciales. Sin embargo, para que se den o tan sólo se intenten dar soluciones dentro de este ámbito, es necesario primero entender y luego comprender los asuntos y problemas ambientales, para que con ello, tales rubros se asuman y asimilen en el grado necesario. Una vez recorrido este camino, la problemática ambiental podrá considerarse como internalizada primero a nivel individuo y en seguida a nivel comunitario y social. Será entonces cuando se pueda pensar que la problemática ha sido consensuada y concienciada. Así los resultados podrán ser las propuestas de acción para enfrentar los problemas ambientales reales, jerarquizándolos para luego conformar los planes, programas y proyectos que de este modo enfrentarán de manera más importante y seria las soluciones y los intentos de solución pensados.
Cuando no hay una profundización y claridad suficiente sobre la problemática ambiental, es difícil esperar soluciones importantes, trascendentes, significativas y de largo alcance en tiempo y espacio. En parte esto es lo que ha estado pasando y entonces, las soluciones e intentos de solución o no son alcanzados o no logran el impacto deseado y deseable. El planteamiento de fondo es que mientras no se logre una identificación acertada, justa, precisa, categórica de los problemas ambientales del país, es incongruente esperar solucionarlos.
Viviendo en el momento actual, podemos observar no sólo la carencia de soluciones satisfactorias a la problemática sino la agudización de los problemas que ya no se quedan en ciertas cuestiones quizás hasta materiales, ahora los problemas han crecido de tal manera que nos encontramos en una crisis y una crisis del sistema completo, una crisis del ecosistema global Planeta Tierra. Crisis no de unas materias y materiales sino una crisis de la existencia donde la vida misma se encuentra bajo riesgo, así, se dice que vivimos en la sociedad del riesgo.
Los egresados de las licenciaturas universitarias son los profesionales que con su actividad laboral y social participan también en el ambiente, lo quieran o no y se den cuenta o no, esto en una visión ampliada y general, pero de modo más específico, son ellos parte importante del venero social puesto que son o serán los profesionales que a su vez educarán a otros, tomarán puestos en la trama sociolaboral, serán políticos y ocuparán sitios de responsabilidad y representatividad. Ellos serán los pensadores, maestros, científicos, directivos y tomadores de decisión en el corto o largo plazo y ellos mismos dadas sus formaciones profesionales, serán los encargados de enfrentar los retos de su momento y más singularmente, en el rubro ambiental, serán los que intenten soluciones y las promuevan y ejecuten.
Es palmaria la función que los egresados universitarios de nivel licenciatura tienen dentro de la problemática ambiental. En este sentido, se realizó un sondeo exploratorio para verificar la situación presente en cuanto al reconocimiento que el alumnado de este nivel tiene sobre los problemas ambientales de nuestro país.


APROXIMACIÓN METODOLÓGICA
En una universidad pública del Estado de Puebla, México, se practicó un sondeo exploratorio en seis licenciaturas. Dos directamente vinculadas (desde su propia denominación oficial) con los temas del ambiente: Ingeniería Ambiental y Diseño Urbano Ambiental, grupo 1. Dos muy ligadas a la “naturaleza”: Ingeniería Agronómica Zootécnica e Ingeniería Agronómica, grupo 2. Y dos que podrían considerarse “comúnmente” como poco vinculadas a lo ambiental: Cultura Física y Diseño Gráfico, grupo 3.
El universo de estudio se muestreó en dos partes. Una submuestra de ingreso con alumnos del primer tetramestre de cada una de las seis carreras profesionales y, una segunda submuestra con alumnos pertenecientes al tetramestre más cercano a su momento de egreso en las mismas seis licenciaturas.
Mediante la doble evocación y bajo instrucciones de respuesta claras, simples y directas tanto en forma oral como por escrito se les aplicó directamente el reactivo:

Creo que los principales problemas ambientales de México son: _______________ y _______________.

Indicándoseles que sus respuestas eran totalmente anónimas y que cada espacio de llenado debería ser cubierto con una o máximo tres palabras.
La información fue recopilada y procesada sistemáticamente. El análisis de la información fue realizado acudiendo a la Teoría de las Representaciones Sociales revisando el contenido de las respuestas emitidas (Moscovici, 1979; Jodelet, 1986; Abric, 1994; Flament, 1994). Específicamente se aplicó la Teoría del Núcleo Central de las Representaciones Sociales (Verger, 1994; Guevara, 2005).
Puede entenderse por representación social a aquel conocimiento de sentido común que todos tenemos sobre un objeto, materia, suceso o fenómeno. Una representación social puede estar constituida por conocimientos, actitudes, valores, creencias, deseos, ideologías y es una forma de participar en el medio social. Es una forma de interpretación mediada de la realidad y un modo de acercarse a lo que en determinado momento parece ajeno. Es una manera de apropiarse de la realidad, una manera de percibirla y asumirla (Moscovici, 1979).
De acuerdo a la teoría aplicada, una representación social está estructurada por un núcleo central y un sistema periférico. El núcleo es la parte más importante de la representación social, contiene la información que dirige a la misma siendo al mismo tiempo la información más compartida dentro del sistema. Es la parte más estable de la representación y por lo mismo es la parte más difícil de modificar. El sistema periférico contiene a la información secundaria, colateral, que viene completando a la representación social, información que viene siendo menos compartida o definitivamente no compartida dentro del sistema informativo. Es menos estable que el núcleo central y por tanto es más sensible a los cambios. Cubre funciones de protección, asociación y actualización de la representación social (Jodelet, 1986; Flament, 1994; Guevara, 2005).
Reconociendo la importancia que las respuestas del núcleo central de las representaciones sociales tienen, de acuerdo a la teoría base del presente análisis, realizamos nuestra disertación presente basándonos directamente en este grupo de respuestas.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN
La submuestra de ingreso quedó conformada por 175 alumnos mientras que debido a la presencia de un menor número de alumnos en los tetramestres de egreso, la submuestra correspondiente fue de 140 alumnos.
En la tabla 1 se muestran los núcleos centrales de las representaciones sociales encontradas en las licenciaturas levantadas para los dos momentos del muestreo, donde los números anotados son las frecuencias de aparición de cada respuesta.

Tabla 1.

Se aprecia que definitivamente la respuesta rectora es contaminación. No sólo aparece en los seis núcleos centrales, sino que en todos ellos es la consideración principal. La importancia medular de esta respuesta queda muy en claro cuando se ve que en promedio acumula el 77% de las respuestas nucleares del ingreso y el 64% de las de egreso, quedando un margen reducido para las demás respuestas. Esto demuestra la alta correlación que el alumnado le destina a la contaminación con la problemática ambiental y simultáneamente hace aflorar una situación de cierta homogeneidad entre las representaciones sociales encontradas: la respuesta agua aparece en cuatro de las seis representaciones. Basura también aparece en cuatro. Industrias en tres. Esto hace que sólo se encuentren cuatro respuestas adicionales: sobreexplotación, incultura, esmog y deforestación, las cuales recopilan un escaso 8% de la información nuclear.
En ocho respuestas el alumnado está aportando su información más importante sobre los problemas ambientales del país. Esto es significativo puesto que se evidencia una visión panorámica limitada del fenómeno estudiado. Se transparenta más su limitación cuando remarcamos que, en general, sólo un tercio de las respuestas nucleares es dejado para otros rubros o consideraciones aparte de contaminación. Sin embargo, el caso es aun más cerrado pues de acuerdo al contenido textual de las respuestas, esmog es otra forma de asumir o enunciar a la misma contaminación y en el caso de basura, puede pensarse que al menos algunas de sus apariciones serían debidas a su consideración como otro elemento o forma de contaminación. Si se acepta esta suposición, la representación social se comprimiría a tan sólo seis respuestas distintas: una perspectiva general recortada.

Al ingreso el alumnado viene con la formación propia que el medio sociocultural y su educación escolar hasta el nivel medio superior les ha brindado. Por lo tanto no resulta extraordinario que ubiquen los problemas ambientales del país en “lugares comunes” para el caso: contaminación, basura, esmog, industrias, sólo levemente matizadas con la respuesta agua. Con cinco enunciados están representando los problemas ambientales del país.
Al egreso, el estudiantado cargado de la influencia del medio sociocultural mediato e inmediato, ahora cuenta con la información-formación que su licenciatura le aportó, sin embargo, con excepción de la respuesta esmog, se repiten los “lugares comunes” del ingreso: contaminación, basura, industrias. Con el agregado agua. El ámbito universitario, el impacto sociocultural del medio y el lapso transcurrido les dotó sólo de tres elementos nuevos: sobeexplotación, incultura y deforestación. Consideraciones que si bien guardan su nivel textual de importancia, aminoran su potencialidad de categorización cuando se ve que en su conjunto alcanzan un escaso 14% de las respuestas nucleares del mismo egreso.

El grupo 1 son las dos licenciaturas directamente ligadas a la problemática ambiental: Ingeniería Ambiental y Diseño Urbano Ambiental. En la submuestra de ingreso presentan el núcleo central más corto, de sólo dos elementos y 51 respuestas nucleares en total, contra cuatro elementos nucleares del grupo 2 (las dos Agronomías) con un total de 54 nucleares al ingreso y, tres elementos nucleares del grupo 3 (Cultura Física y Diseño Gráfico) con un total de 57 respuestas nucleares al ingreso.
Aunque no hay una diferencia importante en el número de respuestas, resulta un tanto contrastante el hecho de que sea precisamente el grupo 1 el que muestre el menor siendo que hay igualdad de alumnos encuestados con el grupo 3 y una diferencia a favor del 1 respecto al grupo 2 de cinco alumnos más. También cabría resaltar un poco el hecho de que sea el grupo 1 el que presente el núcleo central más corto, pues podría plantearse la cuestión de: cómo con tan sólo dos consideraciones centrales estos alumnos están eligiendo cursar una licenciatura que versa necesariamente sobre tales tópicos. Decidiendo cursar una licenciatura que quizás sea la profesión a la cual dedicarán gran parte de sus vidas en un horizonte tan parcializado.
Puede pensarse que sus preocupaciones principales contaminación y agua, son tan acendradas en ellos que les llevan a resolverse por tales licenciaturas, pero esta suposición no se sostiene cuando se observa que esas preocupaciones son compartidas con los otros grupos de ingreso y esto es más claro viendo que la preocupación rectora contaminación, pese a ser mayor en el grupo 1, no hace la diferencia cualitativamente hablando con los otros grupos (43 versus 38 y 41) y menos cuando se toma en cuenta la ligera “ventaja” de cinco alumnos más respecto al grupo 2 y su empate con el 3, el grupo que podría suponerse como el “menos” vinculado con los problemas del ambiente.
Al egreso cambia relativamente la situación. En general se reduce ligeramente la preocupación por la contaminación estableciéndose una diferencia respecto al ingreso de un 13% (77 y 64%), la cual no denota una gran transformación.
En el grupo 1 donde sería bastante admisible la suposición de un cambio importante del ingreso al egreso en función de la naturaleza propia de estas licenciaturas, se observa una modificación leve, se sostienen las respuestas principales contaminación y agua, pero se abren las nuevas sobreexplotación e incultura, las cuales llegan a ser “exclusivas” para este grupo y momento y, llegarían a plantear una cierta manifestación disciplinaria. Ambas respuestas tienen su importancia textual, principalmente incultura, pues es la única consideración de tipo más “social” que aparece en las seis representaciones. Es la respuesta más “subjetiva” de todas o quizás la única, dentro de las nucleares. Estas dos respuestas disminuyen su importancia al determinarse que sólo acumulan un 25% de las respuestas nucleares de la representación de egreso y nada más para este grupo.
En los otros dos grupos la modificación del ingreso al egreso es menor que en caso del grupo 1. El grupo 2 que presentó al ingreso esmog como una respuesta “exclusiva” para este grupo y momento, lo cambia por la respuesta “exclusiva” para este grupo en el egreso deforestación, respuesta que podría asumirse como disciplinaria dado el espacio temático de las dos licenciaturas agronómicas. No obstante, repite los “sitios comunes” de su ingreso: contaminación, basura, industrias. Además, deforestación sólo recoge el 17% de las respuestas nucleares, limitando su jerarquía en la representación social. Señalaremos aquí una diferencia principal entre las representaciones del grupo 2 y las de los otros grupos. Carecen de la respuesta agua, preocupación presente en las cuatro representaciones restantes. Diferencia que cobra envergadura al reconsiderar que se está en el caso de las licenciaturas agronómicas y es de preguntarse las razones para no incluir la problemática del agua en sus representaciones. Si bien puede ser algo relativo en el ingreso, en el momento del egreso esa relatividad desaparece, pues ¿cómo habría de darse la agronomía sin atender los asuntos y problemas del agua? Y ¿cómo es que las demás licenciaturas se interesan por el agua y los agrónomos no? No resulta fácil explicar esta falta de inquietud de los agrónomos por el agua.
Pasando al grupo 3 encontramos un paralelismo alto entre las representaciones del ingreso y del egreso. La homogeneidad o similitud entre ambas representaciones nucleares es más conspicua que en los otros grupos. Los tres elementos del ingreso se repiten en el egreso incluso en la misma secuencia ordinal: contaminación, basura, agua; la naturaleza propia de este grupo de licenciaturas considerada, en lo general, de alguna manera como “menos” referida a la problemática ambiental se manifiesta mediante la aplicación de lo que son “lugares comunes” “tradicionales” para observar los problemas ambientales de modo cotidiano. Esto se refuerza con la aparición de la única respuesta del egreso que no se da en el ingreso, industrias, otro “culpable” común en nuestro entorno. La semejanza entre los dos momentos es más resaltante cuando se ve que la única respuesta distinta entre uno y otro sólo recoge un 7% de la información del egreso, lo cual la ubica al fondo de la tabla como una respuesta de poco peso categórico.
Podemos recapitular hasta aquí señalando que las representaciones sociales, estudiadas en sus núcleos centrales, están acusando una perspectiva sesgada y limitada de los problemas ambientales del país. Al mismo tiempo se observa que no hay una diferenciación amplia, realmente cualitativa entre los tres grupos comparados, ni entre el momento de ingreso contrastado con el de egreso. Por supuesto que hay diferencias entre los tres grupos y los dos momentos de la comparación, pero no llegan a ser amplias, trascendentes, por lo que lo que se tiene es un cuadro de homogeneidad entre las licenciaturas, escaso impacto del transcurso universitario y un acopio resaltante de “lugares comunes” para responder o identificar los problemas ambientales nacionales.

Ahora realizaremos un análisis crítico de las respuestas nucleares del alumnado universitario.

Se ofreció al alumnado la oportunidad de contestar el reactivo planteado mediante una, dos o tres palabras en cada uno de los dos espacios de respuesta, sin embargo, aplicando los estudiantes la “economía de expresión” todas las respuestas nucleares son de una sola palabra. Esto es relevante puesto que por un lado permite observar las potencialidades expresivas del alumnado y su capacidad de abstracción sintetizando complejidades en un máximo de tres palabras, cuestión que nos habla de su madurez intelectual y habilidad de análisis, así como de su capacidad de representación-explicación del fenómeno. Y por el otro lado, la carencia de una mayor expresividad dificulta la interpretación de esas respuestas, las hace más inespecíficas y afecta la calidad de las mismas.
Así, cuando responden en primer lugar contaminación, no podemos saber con precisión y exactitud de que nos están hablando. Hay muchos tipos y niveles de contaminación. Sería distinto el que contestaran por ejemplo: “contaminación del aire”, “contaminación del suelo”, “contaminación por residuos”, “severa contaminación tóxica”, “grave contaminación citadina”, “aguda contaminación ecosistémica”, lo cual no sólo daría una muestra de los conocimientos adquiridos y de sus propias experiencias de vida sino que mostraría mejor sus inquietudes y la forma más o menos comprometida de ubicarse ellos mismos en el medio. Pero no resulta de este modo.
Contaminación es la respuesta rectora de las representaciones sociales determinadas. Si bien este es un fenómeno de incuestionable importancia, para el caso de México en realidad no lo es, puesto que tenemos problemas ambientales más recalcitrantes, inmediatos, amplios y determinantes. La contaminación es una manifestación sumamente “trillada” de lo ambiental, resulta impactante toda vez que cuenta con una difusión masiva y espectacular con un “bombardeo” cotidiano de los medios masivos de comunicación-información que acuden al sensacionalismo y al inmediatismo, haciendo de los asuntos y problemas de la contaminación una mina fácil de explotar, cayendo en el populismo (quizás por lo mismo es el problema ambiental más popularizado) y tomando partido directamente dando orientaciones sesgadas que se acumulan en el conciente e inconciente colectivo, buscando en la base, transmitir sus propios intereses individuales o de grupo y clase, lo cual está más que corroborado.
La contaminación es un problema muy serio y difícil de atender sólo en ciertos lugares del país, bastante localizados. No restamos importancia a esta situación, pero el señalar a la contaminación como el problema ambiental más importante del país es una posición fuera de la realidad, no lo reconocemos así y no lo asumimos de este modo. Tenemos un país extenso y megadiverso en más de un sentido, con un mosaico de ecosistemas que resulta impactante y el aceptar, de acuerdo a la respuesta rectora, que se encuentran contaminados es una perspectiva falaz apuntalada por el desconocimiento de la magnitud y especificidades de la contaminación en el país, pero al mismo tiempo, permite ver el manejo generalizado y generalizante que el alumnado le otorga al término contaminación.
Se puede admitir que los ecosistemas nacionales no se encuentran (generalizando la situación necesariamente) en un estado óptimo, que muchos están bajo presiones muy fuertes y se hallan perturbados, pero ésta perturbación es de distintas formas y en diferentes niveles y la contaminación es tan sólo una de esas formas de perturbación del medio. Además, si está presente, también se da en diferentes maneras y grados, de tal manera que en algunos casos el daño puede resarcirse satisfactoriamente y con cierta facilidad o sencillez. Esto implicaría una permuta en la perspectiva de los problemas ambientales nacionales, perspectiva que no encuadra con la representación nuclear del alumnado.
Aún más, la contaminación es sólo una de las formas de perturbación o degradación del medio, como ya se dijo. En determinado sitio o ecosistema puede ser el problema principal pero en muchos otros las perturbaciones pueden ser de índole muy diferente a la contaminación, la cual también puede sumarse a la problemática de esos sitios en niveles menos severos o incluso estar ausente siendo la afectación del medio por otra forma de degradación. Así tenemos toda una lista de posibilidades de procesos perturbadores del medio que no son contaminación: desertificación, desertización, simplificación, erosión, inundación, sequía, sobrepoblación, cambio de uso, modo de manejo, etcétera. Cabe aclarar que perturbación no es sinónimo de degradación, puede haber perturbaciones inocuas o que hasta favorecen al medio. La degradación por definición es una transformación negativa del entorno, es la concepción de lo degradante, lo que empeora. Como corolario, la contaminación no es solamente de hechura humana, la contaminación puede ser netamente natural, algunas formas de contaminación están en la naturaleza desde siempre y desde antes de la aparición del ser humano.

Resultaría muy vasto y tardado el entrar en este grado de detalle en cada una de las respuestas nucleares recopiladas, por lo tanto, trataremos de abreviar tomando los puntos que nos parecen más relevantes.

Cuando señalan al agua como problema ambiental sin ninguna caracterización, no podemos saber a qué asuntos, problemas y grados están refiriéndose, de hecho no hay marco de referencia. No sabemos si hablan de la cantidad, de la calidad, de su distribución, de su uso, de su manejo, de su transformación en neomercancía, etcétera. Ni tan siquiera podemos intuir si lo asumen como problema por su exceso (inundaciones, tormentas, violencias) o por su escasez.
Algo semejante acontece con el resto de las respuestas nucleares, y recordemos que son las más importantes dentro del sistema informativo estudiado.
Indican a la basura como uno de los problemas ambientales principales del país, pero como sabemos, la basura no es un problema, la basura es otro recurso con el que contamos y esperamos no caer en el ecologismo-ambientalismo, pero podemos recomendar la lectura del libro: La basura es la solución, de A. Deffis. El problema con la basura no es ella misma sino su gestión, pero esto no es patente en las respuestas del alumnado.
Las industrias son tomadas por el alumnado como un problema ambiental sobresaliente. Sin embargo, de nueva cuenta dada la falta de expresividad, la respuesta resulta complicada para su manejo. No podemos entender si se refieren a que son muchas o a que son pocas: no sabemos si hablan de su exceso o de su carencia. Tampoco podemos explicarnos si se refieren a su desempeño, a su naturaleza, a su origen, a su distribución, a su papel de “motores del desarrollo”, en fin, carecemos de elementos que nos permitan realizar un análisis más acertado y valioso.
Anotan sobreexplotación sin mayor caracterización, entonces no se puede trabajar esta respuesta dado que no conocemos a que sobreexplotación se refieren: sobreexplotación de recursos naturales, de ecosistemas, de personas, de necesidades, de ideas, de creencias, etcétera.
Incultura es otra de sus respuestas medulares pero habría que ejecutar algunos malabarismos para atinar a que incultura se refieren: incultura escolar, ecológica, ambiental, etcétera. Parece ser una mala aplicación del término que debe ser especificado ya que presentado así resulta en una “huella sin sendero”: es muy difícil encontrar a una persona “inculta”, todos tenemos una cultura, todos pertenecemos en mayor o menor grado a una cultura y esa cultura, hasta tal vez sin darnos cuenta, está en nosotros y nosotros formamos parte de ella.
El que existan diferentes y muy numerosas culturas no implica que alguien “se quede sin cultura”, es decir, que sea “inculto”. Todavía más difícil es que la incultura sea el sello de todo un país como México, el cual es reconocido a nivel mundial por el tremendo paisaje cultural que presenta, recordando que prácticamente no existen las culturas puras, sino las mezclas culturales, las “culturas híbridas” y eso somos los humanos. Si bien en lo referente a la problemática ambiental podría acusarse en el país un comportamiento socioambiental no idóneo, eso no es incultura, en todo caso es una manifestación de una cultura, una cultura que no es proambiental. El término tiene que ser delimitado, expreso y demostrado. En realidad tenemos un significativo problema en cuanto a un déficit de cultura ambiental, igualmente tenemos un déficit de cultura científica y otros más (como el déficit de cultura para la lectura).
El esmog y la deforestación son las últimas respuestas nucleares de acuerdo a la frecuencia con que aparecieron. El término esmog no agrega mucha calidad a las respuestas nucleares ya que no es más que otra forma de denominar a un tipo de contaminación, en este caso del aire. Su relevancia categórica es menguada debido a que aparece exclusivamente en el ingreso del grupo 2 y acumula un escaso 1,7% del contenido nuclear. La contaminación del aire conocida como esmog es un problema importante (y muy importante) en varios sitios del país pero de ninguna manera es un problema extendido a lo largo y ancho del mismo: la mayor parte del territorio nacional está compuesta por ecosistemas agrestes y naturales donde afortunadamente el problema del esmog no existe o es bastante menor. La diversidad ecológica de México es la segunda en el mundo, sólo China posee más ecosistemas que nuestro país (Sarukhán, 2007) y esto aporta una “defensa” cualitativa contra la agresividad del esmog.
El término deforestación parecería un elemento nuclear disciplinar debido a que sólo aparece en el grupo 2, el grupo agronómico, exclusivamente en el egreso. Es un término relacionado con el área de conocimiento de tales licenciaturas y no sería nada extraño que lo aprendieran de sus materias y prácticas curriculares. Igualmente que en el caso del esmog, su valor categorial se ve reducido al representar sólo el 1.7% de las respuestas nucleares.
La deforestación en algunos lugares es un problema sumamente serio y es tan perturbador su efecto que la repercusión de ello podría alcanzar el nivel nacional. Sin embargo, nos permitiremos dos acotaciones.
La deforestación no es nada más un problema ambiental, sino que es un modo de manejo del medio. También es un fenómeno natural: hay zonas que son deforestadas sin la intervención del hombre, por múltiples factores o hechos entre ellos la presencia de plagas y enfermedades, las inundaciones y sequías, los incendios y más.
La deforestación puede ser planeada, programada y diseñada y entonces no conlleva necesariamente a degradación ambiental eminente, sí a modificación pero no por regla una de tipo negativo con consecuencias que lamentar para el medio. La deforestación incluye a la de tipo productiva: se deforesta tanto para aprovechar los recursos como para realizar cambios de uso y manejo así como para resolver algún problema de otra índole, como cuando tiene que deforestarse debido a que la población forestal se encuentra enferma, plagada o así. De hecho hay varias razones no “antiecológicas” para practicar una deforestación.
El otro acotamiento es que la deforestación viene siendo un caso particular de la simplificación, una forma de simplificar el medio o el ecosistema. Hay otras formas de simplificar los ecosistemas, la agricultura es una de ellas y sin embargo es una actividad necesaria y hasta hoy irremplazable para la sobreviviencia humana. Otra manera de simplificación es la extinción o reducción de especies. Más que la deforestación, el problema ambiental importante en el país en este sentido, lo es la simplificación de los ecosistemas, pero no forma parte de la información analizada.

Finalizaremos nuestro análisis intentando diametrar la información estudiada.

Las respuestas nucleares acusan una visión implícita de que los principales problemas ambientales del país son de manufactura humana en mayor o menor grado. Sin embargo, una sola de las respuestas acude explícitamente a una consideración social: incultura, respuesta que queda subsumida en el sistema, representando apenas el 2% de la información nuclear total. El alumnado se está sesgando por considerar como problemas ambientales a determinados fenómenos de cierta materialidad, hay una percepción fisicalista de la problemática ambiental. El 98% de las respuestas nucleares caerían en esta clase.
Esto es significativo. Se demuestra que no ha habido una asimilación de lo que el medio, el ambiente es. Se derivaría de las respuestas (aun dentro de su inespecificidad) que hay una concepción del ambiente subyaciendo estas respuestas. Una concepción equivocada. No se aprecia al ambiente como: “el espacio de las interrelaciones entre sistemas naturales y sistemas sociales” (González, 2004). Se lo está asumiendo (implícitamente) como materia ecológica (sin que dejemos de saber que se halla también la ecología humana) o quizás como materia de lo natural o de la naturaleza. Por tanto, los serios problemas “tradicionalmente” conocidos como sociales están quedando fuera de la esfera de lo ambiental, sin tomar en cuenta que el ambiente es la combinación de las esferas “natural” y social; entrecomillamos “natural” en función de que el ser humano y su asociación elaborada, la sociedad son naturales, son parte activa de la naturaleza.
Con salvedad de la respuesta incultura, el alumnado no está entendiendo que problemas ambientales delicados del país son: la injusticia, la pobreza-miseria, la salud-nutrición, la inseguridad, la inequidad-discriminación-marginación, el hacinamiento o mala distribución poblacional, el centralismo, el nacionalismo exacerbado, el malinchismo irracional, la migración ilegal, el consumismo, la drogadicción-alcoholismo, la corrupción, la violencia en todas sus manifestaciones y niveles, el presidencialismo, el desgobierno, el apolitismo, la politiquería, el nepotismo, la democracia mal planteada, asumida y practicada, el analfabetismo funcional, el individualismo-egoísmo, el economicismo-productivismo, la competitividad feroz, la anonimización, la inmoralidad-aneticidad, el nihilismo-anomia-ilegalidad, el fanatismo, la masificación social, el ocio negativo, la indiferencia-apatía-insolidaridad, la inconciencia-irresponsabilidad, la intolerancia. Mencionando unos y faltando otros y además sin un orden de priorización puesto que éste dependerá de la plataforma evaluativa; sin caer en la arrogancia de no reconocer que en la propia definición de lo qué se entiende por problema ambiental se da una controversia pero admitiendo al mismo tiempo que pese a ello, el problema ambiental es una construcción social que debe ser contextualizada (Aragonés y colaboradores, 2006).
Podría pensarse, como sucede en otras investigaciones y casos, que es “normal” el hecho de que los asuntos y problemas que de manera común y convencional se asumen como “sociales” son realmente distintos de los ambientales, que no forman parte de estos últimos y, que de ésta manera lo está pensando o manifestando nuestro alumnado y por ello no figuran en las respuestas emitidas. Empero no es así, el mismo alumnado participante en la presente investigación aporta muchas de las consideraciones “sociales” anotadas por nosotros en el párrafo anterior, la situación es que lo hacen de tal modo que les destinan una relevancia menor y por tanto aparecen en sus representaciones sociales pero en el sistema periférico, es decir, entre las respuestas secundarias, las menos compartidas y hasta las no compartidas (estas últimas son las que presentan la frecuencia 1, o sea, fueron enunciadas una sola vez, de ahí su “individualidad” o el ser “no compartidas”). Lo cual quiere decir que sí reconocen los “problemas sociales” como problemas ambientales pero les asignan menor trascendencia que los otros problemas “típicamente ecológicos o de la naturaleza”. También puede ser que tengan dudas y confusión al intentar “pensar” los problemas “sociales” como ambientales y habría que romper ese “esquema de pensamiento” encapsulado para abrirlo y extender su percepción.
Para resumir todos estos problemas en uno sólo, queremos indicar que lo que los alumnos no logran percibir como el problema de fondo, como el problema ambiental fundamental de este país (que no llegan a enunciar dentro de las respuestas nucleares), es el modo de vida, el modelo existencial practicado y dominante, el estilo de vida y su filosofía: el aparato y modelo global de desarrollo fundado en el “crecimiento” sin límites (Cuello, 2003). Ese es el problema ambiental primordial de México y tal vez de muchos otros países, quizás de todos. Del modelo de vida actual es del que se derivan el resto de problemas ambientales. Si se atendiera y modificara pertinentemente este modelo, hasta los elementos y factores de índole meramente natural que se llegan a traducir en problemas ambientales, serían menos impactantes, menos peligrosos y ocasionarían perturbaciones degradadoras menores y de duración más corta. Serían más tratables y resolubles. Ni que apuntar sobre los debidos directamente a la intervención humana.
Esta cosmovisión ambiental queda adeudada en las respuestas recopiladas. No podemos esperar soluciones trascendentes a la problemática ambiental mientras la gente no identifique satisfactoriamente primero lo que el ambiente es y luego, los asuntos y los problemas ambientales que son más que los problemas ecológico-naturales. Recordando aquí que en la actualidad y desde hace tiempo, el ser humano es el principal cincelador del medio en todo el orbe, haciendo eco de la advertencia de Alberto Einstein: “no podremos resolver los problemas que hemos creado, procediendo con la misma forma de pensar que los creó”.


CONCLUSIONES
· Los núcleos centrales de representación social están mostrando una visión sesgada y limitada de los problemas ambientales de México en la percepción del alumnado universitario referente.
· No se detectaron diferencias categóricas de las respuestas nucleares entre los tres grupos comparados: las licenciaturas que trabajan directamente con el ambiente, las agronómicas y las “menos” ligadas a la problemática ambiental.
· No se apreciaron diferencias sustantivas de las respuestas entre el ingreso y el egreso de las licenciaturas.
· Las respuestas nucleares no podrían tomarse fácilmente como apegadas a la realidad. Sostienen su propia realidad.
· Las respuestas nucleares resultan inespecíficas: son vagas y generalizantes.
· Las respuestas nucleares no denotan una disciplinariedad importante.
· Las respuestas nucleares son básicamente fisicalistas.
· Las respuestas nucleares desarticulan el ambiente: se ve lo ambiental como lo ecológico o natural y a lo social se lo separa del medio, esto es, los problemas humano-sociales no son incorporados dentro de los problemas ambientales significativos.
· Queda todavía una ardua labor por realizar para que los educandos de licenciatura universitaria cobren el papel que están destinados a jugar en nuestra sociedad, primeramente en el entendimiento-comprensión de lo que el ambiente es y después en la identificación precisa y más exacta de los principales problemas ambientales del país, para que entonces, de acuerdo a las prioridades del momento planteen, proyecten, programen y operen las soluciones más viables y convenientes para el medio.


BIBLIOGRAFÍA
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Aragonés, J. I. ; V. Sevillano ; B. Cortés y M. Amérigo. 2006. Cuestiones ambientales que se perciben como problemas. Revista Medio Ambiente y Comportamiento Humano. Vol. 7. No. 2. España.
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*José David Lara González es ingeniero civil. Tiene estudios de maestría en hidrología subterránea y, en ciencias ambientales en el área de ambiente y recursos naturales. Actualmente es candidato a doctor en ciencias ambientales en el área de desarrollo sustentable y ambiente. Ha trabajado en proyectos de evaluación, uso, manejo y conservación de recursos naturales con énfasis en los recursos suelo y agua y, en investigaciones en el área de la educación ambiental.
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